06 octubre 2012

TEAM SKY CYCLING: FILOSOFÍA DE INNOVACION




Premiado en 2012 como el mejor equipo de la temporada, y sin lugar a dudas el mejor de los últimos ocho años, el Team Sky ha asombrado a propios y extraños con sus actuaciones, particularmente en la primera mitad de año. Pero ¿que sabemos de este equipo británico?

Orígenes
Su nacimiento se produjo en 2010 fruto del patrocinio de la cadena de televisión British Sky Broadcasting, propiedad del magnate australiano Rupert Murdoch, dueño de la FOX, New York Post o el The Times, entre otros.
En la dirección se colocó a David Brailsford, gracias a sus éxitos en el ciclismo en pista con la selección británica.
La idea era trasladar la aplastante superioridad mostrada en los velódromos a una carretera huérfana de campeones británicos, con la excepción de Chris Boardman o Sean Yates, en un deporte con escasa tradición en la Isla.


Filosofía del Team Sky
El éxito no podía conseguirse a cualquier precio. En una época salpicada por un goteo continuo de escándalos de dopaje, Sky decidió comenzar su andadura en el ciclismo autoproclamándose abanderado del deporte limpio.

Parte de su presupuesto millonario se dedicaría a contratar a los mejores especialistas en medicina y preparación deportiva  que se alejaran lo máximo posible de cualquier práctica que sembrara la duda en la opinión pública.
Se prohibió terminantemente la contratación de ciclistas acusados de doparse, como el caso del escocés David Millar. Amigo personal de Brailsford, quien estuvo en los momentos más duros de su proceso contra la justicia pero que no pudo hacer  nada para su incorporación.

Además el objetivo principal era lograr la victoria en el Tour de Francia del 2013, a ser posible por un corredor británico.
Semejante tarea era de una complicación supina dado que nunca antes ningún británico lo había logrado. Para ello se contrató a Bradley Wiggins, leyenda de la pista y la mejor apuesta del momento.
Otro objetivo sería apoyar el ciclismo de base y alentar a la juventud y al resto de la población, a través de sus éxitos, a la práctica deportiva. Todo ello con la inestimable ayuda del presupuesto más abultado del pelotón internacional.


Apuesta por la innovación
Como si de una escudería de F1 se tratara, el Team Sky es sin lugar a dudas una fuente inagotable de avances y mejoras mecánicas y deportivas.

En el primer apartado destaca su acuerdo con McLaren que le permite hacer uso de sus instalaciones, con todo lo que ello conlleva para las áreas de simulación y aerodinámica.
Famosos son sus adelantos en el diseño de maillots y cascos, más parecidos a productos aeroespaciales que a prendas ciclistas, fruto de una mentalidad anglosajona acostumbrada a marcar la diferencia con el mínimo detalle: la línea entre la victoria y la derrota.

En el área deportiva, más de lo mismo: planificación minuciosa de los objetivos; calculo obsesivo de los valores fisiológicos mediante pulsímetros y potenciómetros;  rigurosos estudios nutricionales y de rendimiento...Todo ello de una manera casi enfermiza, herencia del ciclismo en pista.
No es extraño ver a Wiggins controlando el pulso, cadencia y watios  y olvidarse por completo de sus rivales si alguno de los valores está fuera de lo planeado.


Los ciclistas que lo hacen posible
El proyecto Sky se construye en torno a la figura de Wiggins. Cinco veces medalla de oro en la Olimpiadas en el ciclismo en pista. Su victoria en el Tour de este año fue uno de los mayores logros deportivos de los últimos años por la enorme dificultad que supone pasar de ganar en un velódromo a hacerlo en una vuelta de tres semanas.



En un segundo plano se encuentran Boasson Hagen y Marc Cavendish. El primero, probablemente, uno de los mayores talentos del pelotón y sin embargo desaprovechado en sus labores de gregario. El segundo, el mejor sprinter de las últimas décadas, con un pie fuera del equipo, en un Sky demasiado preocupado en logros mayores.
Y por ultimo Sergio Henao y Rigoberto Uran, esperanzas de un ciclismo colombiano condenado al ostracismo desde finales de los ochenta.


¿Próximos objetivos?
Tras lograr el objetivo para el que se concibió, el Sky necesita nuevos retos para agrandar la “leyenda” de sir Bradley Wiggins. El Giro de Italia es una presa apetecible, y los italianos intentan seducirle con una crono de 55 km echa a su medida.

Pero yo me pregunto ¿Qué reto es mayor que lograr un segundo Tour de manera consecutiva? ¿O tal vez es que el mito de Brad se desmoronará ante un recorrido menos apto, y  con la presencia de un  Alberto Contador sobre el que no ha parado de echar pestes durante todo el año?

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