08 octubre 2012

ARMSTRONG Y LEMOND: ENEMIGOS IRRECONCILIABLES




Existen rivalidades que traspasan fronteras. Odios que no se forjan en la carretera o sobre un terreno de juego. A veces ni siquiera es el trato continuo el que desgasta la relación. Pero cuando aquello en lo que crees se desmorona no valen medias tintas.
Esa es la historia de Greg Lemond y Lance Armstrong.  ¿En defensa de la verdad o lucha de egos?
 
Los inicios de la relación: o el respeto mutuo
Lemond fue el primer ciclista americano en ganar el Tour de Francia. Tres veces para ser exactos. El delfín de Bernard Hinault sorprendió a medio mundo con su actuación en las carreteras francesas que atrajo el foco mediático americano a un deporte de escasa relevancia en tierras yanquis.
Eran los años ochenta. Esa época en la que el dopaje apenas  existía, o más bien, no había constancia de ello.
10 años después, resurgió de sus cenizas otro americano. Un joven texano cuya  historia es más que  sabida.
Greg y Lance se conocieron y profesaron “amor eterno”. Ambos eran supervivientes y luchadores. Lance supera un cáncer testicular mientras que Lemond se sobrepuso a una serie de abusos sexuales sufridos en los inicios de la adolescencia. Dos ejemplos de que el sueño americano se hace realidad. Dos personas que estaban, o habían estado, en lo más alto de la ola. Dos ciclistas con motivos para verse reflejados de alguna manera.
 

2001: el comienzo de las hostilidades.
Los idilios se rompen y como a muchos otros, la brutal superioridad de Lance y su equipo de “mercenarios” hacia demasiado evidente que los cuentos de hadas no existen.
Lemond escucha rumores de dopaje, tratos de favor, sobornos… el romance se despedaza y se inicia una guerra hostil entre los dos mejores ciclistas que ha dado Estados Unidos.
Hay que reconocer la valentía de Lemond. Enfrentarse a la opinión pública de tu país hablando “barbaridades” sobre el deportista de moda no era la postura más cómoda. Otros que ahora rajan y se suben al carro, entonces preferían ser más políticamente correctos a pesar de los rumores. Rumores como los de ahora, que no se sustentan mediante pruebas.
Al igual que honorable es jugarte tu puesto de diseñador de bicicletas para la marca Trek, bicicleta oficial del US Postal, con unas declaraciones que llevaron a Lemond al despido y a una serie de litigios legales con la empresa estadounidense que se han prolongado hasta hace no mucho.
Lemond y su dedo acusador
Es difícil saber en qué momento Greg  cruza la frontera entre abanderado del deporte limpio y la del ego del campeón. Cuando has sido reverenciado debe ser difícil digerir que pasar a un segundo plano y tragarte la envidia. Dejas de ser el referente.
Tampoco sé qué credibilidad darle a alguien que acuso a Alberto Contador de dopaje por ser capaz de generar no sé cuantos vatios en la etapa de Verbier 2009. El dedo acusador de Lemond parece de gatillo fácil.
Lance fue acusado por su compatriota de ser poco más que un mafioso, cosa que no debe distar mucho de la realidad. Entre otras reveló que Armstrong  intentó sobornar a alguien relacionado activamente con el ciclismo para que afirmara que Greg se había dopado durante su carrera profesional. La cifra: 300.000 euros
A día de hoy la honorabilidad de Armstrong está más que en entredicho. Acusaciones como las de, no solo Lemond, sino de  ex -amigos como Kevin Livingston o Frankie Andreu dan una forma mas real a los rumores que siempre han perseguido al texano. Pero también parece que no solo se trata de demostrar la verdad, sino que unos cuantos como Lemond quieren “colgar” a Armstrong. Parece que hay motivos personales detrás de todo.

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