Macho la has liado. La has liado porque has jodido la
credibilidad de este deporte. Porque has decepcionado sobre manera a aquellos
que creíamos en ti y porque ahora tienes un montón de mierda sobre ti mismo.
En España no es que fueras especialmente querido. Imagino
que como en la mayoría de los sitios, salvo en Estados Unidos. A nadie le gustaba tu forma de ganar. Lo hacías
demasiado fácil. Demasiado aburrido.
Por estos lares se decía que ibas hasta las trancas. Que eso
de que pasaras de ser un caballo percherón a un pura sangre, tras tu
enfermedad, no se lo creía nadie. Si te digo
la verdad, es lo que se dice de cualquier ciclista que destaca. Que se dopa.
Y yo te defendía. Creía en ti. Creía en ti por todo lo que
representabas: la lucha, superación, el esfuerzo. No creo ser el único que lo
hiciera, imagino que al igual que yo, muchos otros, cuando se encontraban mal,
cuando veían que el túnel era demasiado
oscuro, pensábamos en ti y en tu ejemplo, en tus libros…y confiábamos que las
cosas cambiarían si luchábamos. ”La noche es más oscura justo antes del
amanecer”.
Cuando anunciaste tu regreso, me alegré. Y cuando con 38
años, subiste al podio del Tour otra vez, me emocioné. Si te dejabas llevar,
creías en Lance Armstrong y pensabas que si pasaban otros 20 años, seguirías
siendo capaz de hacer algo grande. Algo que nadie pudiera hacer.
Nos olvidábamos de todo el aura que te rodeaba: el ganar a
cualquier precio, los comportamientos un tanto mafiosos que se vislumbraban en
ti. Todo daba igual. Si L´equipe o
cualquier otro, publicaba algo en contra de tu credibilidad, lo ignorábamos. Todos sabemos que los franchutes son unos
envidiosos y resentidos o al menos ese era el mantra que nos repetíamos.
Y ahora sale todo esto. Lo mires por donde lo mires todo es
demasiado real para seguir creyendo en cuentos de hadas. ¿Por qué lo hiciste? ¿Por
qué has decepcionado a tantas personas?
Realmente mirando en retrospectiva, todos tus rivales iban
hasta las trancas: Ullrich, Beloki, Rumsas,
Hamilton, Basso… Embusteros, como tú. Aunque eras el más fuerte de todos.
Debe ser un calvario la situación que estás pasando. En mi
cabeza no puedo imaginarme a Lance Armstrong llorando. ¿Qué sensación se tiene
cuando aquellos en los que confiabas te traicionan? Porque imagino a Frank
Andreu o Hincapie eran amigos tuyos.
¿Qué coño les hiciste? Desde fuera parece que no debías ser
una buena persona si todos ellos te han dado la espalda. Aunque yo creo que si
la mierda y los federales te persiguen, maricón el ultimo. Hay pruebas que la
amistad no puede soportar. O al menos, algunas personas.
Si te digo la verdad, me da asco toda esa gente. Leipheimer,
Hincapie, Zabriskie… hablan del dopaje como si no hubieran tenido elección. Cuando
yo era pequeño mis padres me enseñaron a asumir mis acciones pero a esta gente parece que le pusieron una
pistola en la cabeza para correr a tu lado y doparse.
Me dan también asco porque todos han aprovechado a confesar
en el ocaso de su retirada. Todos han rajado y se han “liberado”. Quizás
hubiera sido más fácil decir- “me dopé
junto a mi jefe” “Lo siento Lance, nos han pillado, han ido a por mi”…. En vez
de falsas hipocresías. Si creían que hacían lo correcto entonces, no hay nada
de lo que arrepentirse. Solo aceptar el castigo.
En fin… aquí acaba todo Lance. Pasarás al olvido como tantos
otros, tu nombre no se recordará. Y con el tiempo solo aparecerás en libros de
dopaje deportivo. Ahora tienes que callar y joderte por lo que hiciste.
Nuestros caminos se separan. Yo no te condeno, te doy las
gracias por todo lo que has representado para mí. Aunque sea difícil de
entender…
No hay comentarios:
Publicar un comentario