18 agosto 2012

VUELTA A ESPAÑA 2.0



Dentro de apenas dos horas comienza la Vuelta a España. Probablemente con el recorrido más divertido y esperado de las tres grandes vueltas que se disputan este año.

Divertido porque la Vuelta siempre lo es. Etapas cortas y puertos explosivos son la seña de identidad de la ronda patria. Pero este año con más razón. Guillen y compañía han diseñado un recorrido que acentúa aun mas las diferencias, que ya de por si tienen respecto a  Giro y Tour.

Lejos de enrocarse en tradiciones galas, el trazado de la Vuelta está pensado por y para el aficionado medio. Frente  a las largas e insulsas etapas de 220 km del Tour, los organizadores han establecido etapas con 173 km de media, diez finales en alto y reducción de km de contrarreloj. 1 crono individual frente a las dos francesas.



A veces es difícil de explicar a un aficionado novato, el sinsentido de colocar un coloso como el Galibier a cincuenta km de meta. Frente a ello, y conocedora de su inferioridad a nivel de puertos y terrenos, tachada, no sin razón de “unipuertica”, la Vuelta concentra las subidas en la segunda mitad de cada etapa, y a poder ser con final en alto.
Muchos ven en este formato un riesgo de agotamiento para el aficionado. Lo poco gusta y lo mucho cansa. Aunque en el Tour, el refrán sería “y lo muy poco aburre”, dadas sus tres únicas llegadas en alto de la última edición.

En esta Vuelta habrá que tener, pues, especial atención a tres etapas:

-                      -   La 12ª con llegada al Mirador de Ézaro. Un pequeño puerto de tercera, marca de la casa con “ligeras” rampas al 30% y pendiente media del 12%

-             -  La penúltima etapa, que esperemos comience a convertirse en una habitual, con final en la Bola del Mundo. Donde en 2010, Ezequiel Mosquera y Nibali nos regalaron uno de los duelos más bonitos de los últimos años.

-                    -  Y finalmente, la etapa reina. Final inédito. El puerto de Cuitu Negru. Un puertarraco aspirante a mito. 23 km de subida con rampas del 24% y media del 6,5%.

En cuanto a la participación, grandes nombres. La mayoría de segunda fila: Antón, Rodríguez. Otros, primeras espadas que vienen quemados tras meterse un Tour entre pecho y espalda, véase Valverde, Froome, Van den Broeck…

Pero todo ello se compensa cuando se tiene al más grande entre los grandes: Alberto Contador. Un ciclista, que como antaño hacia Armstrong, eclipsa a la carrera a la que acude. Por encima del Tour del Francia. O en este caso,  de la Vuelta a España. Un ciclista del que se espera que se dé un “paseo” hacia la victoria final. 

Recemos para que la Vuelta haga honor a su leyenda y sea tan disputada como siempre. Suerte a los valientes. 

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