23 julio 2012

CICLISMO DE SOFÁ

Continuamente leo y escucho comentario del tipo: este es el Tour más aburrido de los últimos años, o los ciclistas de ahora ya no atacan como antes. Y mi favorita: si Chiapucci siguiera corriendo otro gallo cantaría.
Sirva este artículo como ejercicio de reflexión.
Pongo como ejemplo la etapa 16 del Tour de este año. Carlos de Andrés y Perico Delgado no pararon de amargarme mi pequeño momento de placer frente al televisor  recordándonos todo el tiempo que los ciclistas estaban desaprovechando el Tourmalet, que la estrategia del Liquigas no era valiente y que la organización debería replantearse el número de días de competición, si querían atraer al aficionado.

Vayamos por partes. Debemos recordar que como televidentes hay miles de factores que se nos escapan: estado físico del equipo, motivación y nivel de confianza.
No niego, que somos nosotros, aficionados de a pie, quienes con nuestro interés e ilusión fomentamos que las grandes empresas multinacionales se animen a invertir en un deporte como este. Y por tanto, a estas les interesa tenernos contentos.


Pero hay otras variables que no deben escaparse de la ecuación. La primera es que la ausencia de algún español con opciones serias en la general ha elevado nuestro nivel de exigencia en esta edición del Tour de Francia.
Mientras algunos criticaban la estrategia del Sky Postal de llevar en carrozar hasta arriba a Bradley Wiggins, estos mismos se olvidaban de lo entretenida que era la Grande Bouclé cuando Induráin gano un Tour tras otro allá por los noventa, con estrategias harto similares.
Esto también es ciclismo. Aunque no sea hermoso, una máxima del deporte, y de la vida en general, es lograr tus objetivos utilizando tus puntos fuertes. Y la otra es, que si ves que alguien es muy superior a ti, confórmate y espera un mejor momento.

La aburrida "tiranía" Armstrong, aumentó el número de televidentes al otro lado del charco en cuotas desproporcionadas.

Dos. Ese supuesto espectáculo que según nosotros si da Alberto Contador con sus ataques a 5 km de meta. ¿Acaso estamos seguros, de que nuestros vecinos lo disfrutan con el mismo fervor que nosotros? ¿Pensamos que lo consideran entretenido? ¿Ciclismo a la vieja usanza?

Tres. ¿Que ocurre cuando sometemos a los ciclistas a una presion añadida por el "bien" del espectáculo? Recorridos tipo Giro 2011, estarrato, ataques sin lógica ninguna.
¿Alguien sabe donde ha estado Morkov el resto del Tour?. Para quien no lo sepa un ciclista danés que se metió una paliza de aúpa en la primera semana por defender el maillot de la montaña.
El ciclismo sin control nos acerca al dopaje. A la ansiedad por los resultados. A la tiranía de los intereses de las empresas de comunicación que exigen sangre y lágrimas para mantener al espectador enganchado durante las 4 horas de transmisión.

Desde aquí pido al aficionado una valoración justa del ciclismo y de las propias fuerzas del ciclista. A admirar este deporte por lo que es, con su intrascendencia también. ¿Que evento deportivo, o en la vida en general puede mantener una atención continua durante cuatro horas?
No acerquemos el ciclismo a la realidad de los noventa. Disfrutemos como lo que realmente es.

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