22 septiembre 2012

EL CICLISMO FEMENINO EN ALERTA ROJA




Leyendo el CAF de este mes, me detengo en un artículo muy interesante, tantas veces mencionado: la decadencia del ciclismo femenino en España.
Como la ausencia de patrocinadores, de equipos o de interés por parte del gran público lleva a la desesperación a ciclistas que tienen que abandonar su pasión por la bicicleta para buscar otras salidas profesionales con más oportunidades. Otras, como es el caso de Ana Sanchís, han de compaginar su carrera como deportista con sus estudios universitarios. Mientras, los pocos equipos que quedan apenas compiten a nivel internacional.
Todos estos factores llevan a una inadecuada preparación física y a una insuficiente madurez deportiva, que supone la diferencia entre ganar y perder, cuando te enfrentas contra otras ciclistas becadas y con más recursos. Eso supone malos resultados, escaso interés mediático, huida de sponsors… la pescadilla que se muerde la cola. La pescadilla que elimina la palabra “profesional”  y convierte al ciclismo femenino en amateur.
No será por falta de calidad. Ayer en la carrera junior femenina, sobresaliente para las nuestras, con una Sheila Gutiérrez y Eider Merino finalizando en séptima y decimotercera posición. Llegando en el grupo de cabeza.           
 Ciclistas con proyección que lo tendrán muy difícil para dedicarse 100% a las dos ruedas. Para considerarse profesionales. Porque esta es la crisis que lo envuelve todo. La maldita crisis. Que azota con fuerza al ciclismo masculino y solo deja migajas al femenino. Crisis en el ciclismo español
Lejos queda ya la época dorada de Joanne Somarriba y Dori Ruano. Ciclistas que de haber corrido en esta época,  serian, probablemente, condenadas al ostracismo.                                  
  Una época que amenaza con llevarse por delante el Mundial 2014, en Ponferrada. Época dura esta que nos ha tocado vivir. Ya pasará. Cuando te encuentras abajo, en el fango, la cosa solo puede mejorar.     
 

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