27 agosto 2012

LIDER INESPERADO





Como en la aclamada novela de José Saramago,  Ensayo sobre la ceguera, en la que los personajes pierden la visión repentinamente, durante esta primera semana el duelo Contador- Froome nos has obnubilado tanto, que lo que verdaderamente ha ocurrido se ha manifestado  ante nosotros como una visión borrosa de lo que realmente ha ocurrido. Porque lo que ha sucedido es que el pequeño catalán, Joaquín Rodríguez, ese ciclista  al que  solo se le incluía en la lista de favoritas por aumentar la ”maltrecha” nomina de candidatos, mientras todos pensábamos que esto era cosa de dos, nos ha dado una lección de ciclismo, experiencia y saber hacer desde la primera pedalada por tierras navarras.

He de reconocer que yo estaba entre los que creía que Alberto y Froome estarían un punto por encima del resto. Pero ya en Arrate, Purito dio muestras de encontrarse fuerte, y de que la experiencia adquirida le ha dado un punto de tranquilidad, frente a los antiguos ataques más efectistas que prácticos del pasado.
En Jaca se le esperaba, y no defraudo. Y por encima de excusas, deshidrataciones y calambres, cumplió siendo el único capaz de aguantar el ritmo de los colombianos del Sky, y rematar la faena con estocada incluida a Froome y a Contador.
En la Gallina estuvo en su sitio, pero fue finalmente ayer, en Montjuic, territorio olímpico, mas repecho que puerto, cuando Joaquín sembró la duda de si ese motor que parece carburar mejor con el paso de los años, podrá llevarle a ganar la Vuelta.
Y parece que la respuesta es sí. Afirmación de lo que las matemáticas dictan. Si contamos con el minuto de ventaja que lleva respecto a sus rivales directos, y los no más de dos que perderá en la crono, las cuentas salen.
Si a ellos añadimos el doctorado en el Giro de Italia con máster en “Alta montaña”, la solidez que está adquiriendo como líder de equipo, y el punch final en llegadas al sprint con las consiguientes bonificaciones… a este ciclista apodado Purito porque  su dominio de la montaña es tal que sube  con una “sola pierna”, y luego se regocija fumándose un puro, a este chico le salen las cuentas. Y a sus rivales también.

Mucho tendrán que apretar Froome y compañía en el crono si quieres despegar a este “inesperado” compañero de viaje, con un golpe de pedal con el que ni el mismo contaba con tener, tras el palizón en tierras italianas.  

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